Gustav Klimt y las mujeres en sus pinturas: del arte a la moda

Gustav Klimt, el brillante iconoclasta austriaco que vivió a caballo entre la segunda parte del siglo XIX y comienzos del XX, sigue resonando en el arte moderno, la decoración y la joyería… y también la moda. Klimt no quiso saber nada de la fama oficial y se entregó a las mujeres de sus pinturas, hechizadoras e irresistibles, ideales de femme fatale, pero con alma de ménades, de seres míticos ligados al placer y al exceso. Los hombres, en un plano secundario, no podían más que someterse a ellas, las dueñas de la escena. En muchas de sus obras, Klimt se atrevió a mostrar la superioridad erótica de la mujer a través de un simbolismo sensual plasmado en expresiones de descaro. Y, también, en los dorados y motivos geométricos de las vestimentas y tocados que aparecen en sus cuadros.

El erotismo que Klimt propuso, a través de esta nueva concepción de la mujer, permitió una apreciación estética alternativa de lo femenino. No hay más que ver la relación que entabló el pintor con su musa Flöge —y con tantas otras mujeres de su tiempo—y que le permitió crear un mosaico con  valores artísticos tomados de diferentes etapas de la Historia del Arte. ¿El resultado de este maridaje de épocas y de estilos? un ambiente de éxtasis espiritual poderoso que habita en cada uno de los cuadros de Klimt.

Esas sensuales y vitales mujeres que pintó Klimt envueltas en preciosos textiles, brocados, túnicas, vestidos o capas, de las que asoma la palidez de una mano, un seno turgente o un rostro definido, te están hablando….Depende de ti saber escuchar. El mundo de la moda ha sabido hacerlo. Así que, pincha en este vídeo y escucha.

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