Acierta siempre con un un little black dress (LBD)

Año 1926. En el número de octubre de la revista Vogue Usa aparece, por vez primera, el boceto de un Little Black Dress. Estaba firmado, nada menos, que por Gabrielle Bonheur Chanel (más conocida como Coco Chanel). Ella fue la encargada de diseñar  y de dejar el vestido negro como herencia para todas las mujeres. Toda una idea rompedora, si se tiene en cuenta que, hasta los años 20, el negro no era considerado un color apropiado para las mujeres, a no ser que estuvieran de luto. En realidad, el  negro lo utilizaba, principalmente, el servicio doméstico. ¿La razón?  El negro era un color muy fácil de lavar y poco llamativo, a las damas de esa época se les asignaban los tonos claros o muy coloridos porque eran  más difíciles de conseguir.

En la década de los años 20, Coco Chanel decidió acudir al teatro un día con uno de sus últimos diseños: un vestido negro que le llegaba hasta las rodillas. Este es un símbolo que revolucionó la moda. Fue el comienzo de una historia, la del vestido también llamado LBD, un clásico del vestuario de mujer con recordados episodios… alguno tan memorable como cuando, allá por el año 1961- Entonces, Audrey Hepburn quedó filmada para la posteridad, en la película Desayuno con Diamantes. La actriz aparece en la pantalla, frente al escaparate de la joyería Tiffany’s de Nueva York, vistiendo un LBD de Hubert de Givenchy.

El vestidito negro

Traducción del LBD al castellano, el vestidito negro (del francés petite robe noire) es un vestido de tarde o cóctel de corte simple y frecuentemente corto, originalmente popularizado en la década de 1920 por la diseñadora de moda Coco Chanel, pensado para ser duradero, versátil, asequible, accesible al mercado más amplio posible y en un color neutro.

Prenda icono de la evolución de la moda femenina a lo largo de los siglos XX y XXI, el LBD es una vestimenta sencilla y a la vez compleja. Tanto que, cualquier diseñador que se tenga por tal, ha reinterpretado y creado su propio LBD-. De esta manera, y a lo largo de las temporadas y las modas, el LBD pasó de ser símbolo exclusivo de la jet set a convertirse en la prenda imprescindible de cualquier armario femenino, sin importar la clase o condición de su propietaria. Siempre apropiado, siempre versátil, el LBD encarna valores tan diversos como independencia, resistencia, glamour o respeto.

Uno de los secretos del LBD es que puede ser usado más formal o informalmente dependiendo de la ocasión: por ejemplo, usado con una chaqueta y tacones para el trabajo diurno o con más joyas y accesorios para la tarde.

Por un LBD no pasa el tiempo

Así es. Un Little Black Dress es como una blusa blanca, o un pantalón vaquero de tela desgastada, o incluso como un perfecto de cuero que ha pasado de generación en generación sin una sola arruga. Los clásicos atemporales son así; perviven a las modas, tendencias o cualquier otro cambio que se presente en el horizonte. Ellos permanecen en su lugar -ése que han ido conquistando a fuerza de mucho aplomo y el apoyo incondicional de los grandes iconos de estilo-.

Para cualquier ocasión

Tendencia de la temporada (si es que alguna vez pasó de moda), un LBD es absolutamente perfecto para cualquier evento. Lo de menos es que se trate de un coctel informal, una cena con amigos, un evento matinal o –sin desentonar en absoluto- una boda. El éxito de la apuesta está asegurado. Un LBD nunca defrauda. Incluso las celebrities recurren al LBD continuamente -bien como tabla de salvación o bien porque su devoción llega a niveles estratosféricos- y es que su encanto reside precisamente en esa capacidad de transformación. Es un básico -o fondo de armario- completamente chic.

Pásate por Ararat y llévate tu LBD. Te esperamos en calle Almirante, 10; a dos pasos de Chueca -centro de Madrid-; Teléfono: 915 31 81 56). Tenemos un montón de propuestas para que puedas elegir. Más en Yolanda Valdehita. Os esperamos. Feliz día. 

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